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Discurso directora de Contrataciones Públicas ante el Altar de la Patria

3 marzo 2014

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Buenos días a todos y todas!

Con gran entusiasmo, y con renovados sentimientos patrios, acudimos por  segunda ocasión  a este solemne monumento en nuestra condición de directora general de Contrataciones Públicas, a rendir homenaje a los fundadores de nuestra República.

La más importante efeméride de nuestra Patria, la Independencia Nacional, la celebramos dentro de dos días, el memorable 27 de febrero. 

Son 170 años de vida en libertad, fruto del sudor, lágrimas y sangre de los más nobles y sacrificados hombres y mujeres de nuestro territorio.

Gran regocijo sentimos hoy también porque nuestra visita coincide con la fecha del 198 natalicio de Matías Ramón Mella, uno de los prohombres, quien disparó el trabucazo, enviando la firme señal de nuestra decisión de ser libres e independientes..

Junto al ilustre Juan Pablo Duarte, uno de los hombres más visionarios, nobles y honrados que ha conocido esta tierra; y al aguerrido Francisco del Rosario Sánchez, Mella completa la trilogía de nuestros Padres de la Patria, a quienes debemos hoy nuestra identidad nacional.  

El esfuerzo se diversificó con la creación de organizaciones como La Trinitaria y la Filantrópica, respondiendo a las estrategias del momento, pero con un fin común: Ser libres e independientes de toda potencia extranjera.  

Un destacado lugar en toda esta historia de luchas libertarias tenemos que concederlo al  rol de las mujeres. Su aporte fue fundamental, desde la confección de la Bandera, acogida en sus hogares para las reuniones de los líderes de movimiento, e incluso, la toma de las armas de muchas de ellas para defender la empresa conquistada.

Quiero rendir un sentido homenaje en este día a nuestras mujeres de la Independencia:  María Trinidad Sánchez, Manuela Díez Jiménez, Rosa Duarte, Concepción Bona y María de Jesús Pina, Josefa Antonia Pérez de la Paz (Chepita), María Baltasara de los Reyes, Micaela y su hija Froilana, Ana Valverde, Filomena Gómez de Cova, Rosa Montás de Duvergé, Petronila Abreu y su hermana Altagracia, entre otras heroínas cuyo nombre ha trascendido, y a las miles que desde el anonimato, pusieron toda su energía, pasión y honestidad, en la consecución de la soberanía.

Todas fueron mujeres valientes y dignas de ser perpetuadas en la memoria nacional. Las  mujeres que tenemos responsabilidades públicas, debemos recordarlas para identificar en su ejemplo los más nobles intereses y replicarlos en nuestras decisiones cada día.

Más que una ofrenda floral, hemos venido a este sagrado espacio dedicado a  honrar a quienes dedicaron su vida a luchar contra las injusticias, muchas ya superadas en este momento, y otras muchas aún pendientes, a reiterar nuestro compromiso de  lealtad como ciudadanos y ciudadanas, pero sobre todo como servidores públicos. Y a reafirmar también, la voluntad firme  del Presidente Danilo Medina, de trabajar para que República Dominicana sea un país con menos desigualdades; y donde la administración pública desarrolle sus actividades de manera eficiente y  con comportamientos transparentes y éticos puestos al servicio del bien común. 

El 26 de enero pasado, culminó el país, todo un año de celebraciones por el bicentenario de Duarte, con importantes actos encabezados por el Presidente Danilo Medina, y todo su Gabinete de Gobierno, aunque la más grande obra que su gestión puede dedicarle a la memoria de los patricios es, sin lugar a dudas, la que está  predicando  con el ejemplo, legando una gestión formada en valores, con los mejores principios y asumiendo ante toda la sociedad, el compromiso de ser «un presidente ético y moral», lo que refrenda cada día con sus acciones.

Hacemos Patria cuando utilizamos los recursos públicos dedicados a compras y contrataciones de obras, bienes y servicios para el desarrollo de los sectores productivos; cuando alfabetizamos a quien lo necesita; cuando damos un uso correcto y ético a los recursos del Estado, cuando respetamos la luz roja de un semáforo; cuando garantizamos  que en las escuelas públicas nuestros niños y niñas se eduquen y alimenten adecuadamente y cuando trabajamos por una sociedad cada día más justa, incluyente, solidaria  y la hermandad entre todas las personas indistintamente de su raza, credo o preferencia de cualquier naturaleza.

Hay tantas formas de hacer Patria en estos días y es tanto lo que nos necesita la Patria, por lo que no debemos escatimar esfuerzos por desarrollarla y fortalecerla con nuestras actuaciones. Porque ya lo dijo Duarte, y eso vivirá por siempre en nuestros corazones: «Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor».

¡Por una República Dominicana cada vez más institucional!.

¡Que vivan nuestros hombres y mujeres de la Patria. Que viva la República Dominicana!.

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