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Discurso del ministro Montalvo en taller con integrantes de veedurías sobre compras públicas

8 abril 2014

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Discurso del Lic. Gustavo Montalvo, Ministro de la Presidencia Taller de las Comisiones de Veeduría Salón de Conferencias de la AIRD – 07 de abril del 2014

Es un honor para mí compartir esta jornada con todos ustedes. Les agradecemos a todos su presencia y muy especialmente, a los comisionados de las veedurías ciudadanas, que ofrecen su inestimable servicio a nuestro país. 

A todos ustedes quiero hacer llegar hoy nuestro más sincero agradecimiento por formar parte de esta iniciativa y participar de forma totalmente altruista.

Su colaboración está contribuyendo a transformar la labor de nuestras instituciones y, con ello, a mejorar el servicio que le damos a nuestra ciudadanía. Es, por tanto, una labor extraordinariamente valiosa para nosotros.

 

Amigas y amigos:

La República Dominicana ha puesto en marcha un proceso profundo de modernización y democratización del Estado. Una nueva forma de entender los servicios públicos.

Históricamente, la administración ha sido cuestionada por su incapacidad de mostrar resultados, de rendir cuentas, y por la administración discrecional del presupuesto público, afectando la gobernabilidad.

Desde que se constituyó el gobierno de Danilo Medina, iniciamos una nueva etapa para la administración pública, poniendo en primer lugar la transparencia y el buen gobierno, en respuesta a las demandas legítimas de los dominicanos y dominicanas.

Ese cambio se ha hecho patente ya, por ejemplo, en el presupuesto anual, cuya planificación, asignación y ejecución es hoy más predecible, clara y responsable que nunca.

También es el caso de las compras y contrataciones públicas, que permiten ahora la participación justa y democrática de pequeños y medianos empresarios en igualdad de condiciones y sin privilegios.

Para que se hagan una idea, solo en el primer año de gobierno, el número de proveedores del Estado aumentó en casi 20,000. Paralelamente, el número de procesos de compra publicados ha crecido exponencialmente, pasando de 6,500 en 2012 a más de 60,000 al cierre de 2013. 

Asimismo, estamos racionalizando y haciendo más eficiente el uso de los fondos públicos, a través de mecanismos como la consolidación de la cuenta única del tesoro, cuyos fondos han pasado de 520 millones a 8,587 millones de pesos, tras cerrar 2,834 cuentas redundantes.

Estas medidas, unidas al Decreto 499-12 de racionalización del gasto, han permitido que el gobierno de Danilo Medina haya logrado combinar una reducción récord del déficit con una inversión sin precedentes en los dominicanos y dominicanas.

Dicho de otra forma: estamos gastando en lo que hay que gastar y ahorrando en lo que hay que ahorrar. En este contexto, la decisión de instituir comisiones de veeduría ciudadana es un paso más hacia la administración moderna, eficiente y participativa que será nuestra meta a lo largo de estos cuatro años.

Es un modelo que vamos a ir implementando y adaptando progresivamente hasta alcanzar a todas las instituciones. La composición de estas comisiones para supervisar las compras y contrataciones se caracteriza por la independencia de criterio de sus integrantes, incorporando voces independientes. Y esa independencia es la clave del éxito y la credibilidad de esta iniciativa, impulsada por la voluntad sincera de abrir la administración pública al escrutinio de todos y todas para, con su participación, convertirla en un instrumento de progreso. Como Ministro de la Presidencia, a todos los integrantes de esas comisiones de veeduría quisiera, si me lo permiten, hacerles algunas consideraciones.

Es un honor, repito, contar con su apoyo y les estamos muy agradecidos. Han sido elegidos por su probada independencia y por su capacidad y deseamos que su participación en los procesos públicos sea exhaustiva y rigurosa.

Con esto me refiero, entre otras cosas, a que no se limiten a observar las licitaciones en que participen, sino que conozcan a fondo el presupuesto total que maneja la institución en lo relativo a compras y contrataciones.

Les invito a que soliciten la información necesaria para saber realmente en qué emplea los fondos asignados cada organismo público a las adquisiciones públicas y asegurar un manejo correcto. De la misma forma, les recuerdo que tienen la facultad de emitir informes y hacerlos llegar tanto al Ministerio de la Presidencia, que siempre tiene la puerta abierta para recibirlos, como al público general.

Es decir, no les invitamos a formar parte de estas comisiones como meros observadores, sino como agentes activos y participativos en los procesos. Como agentes del cambio que estamos impulsando. 

Además, para reforzar este plan, el Gobierno decidió constituir el observatorio que auspicia la Dirección General de Contrataciones Públicas, del que se invitará a formar parte tanto a organizaciones, como a ciudadanos y ciudadanas individuales, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

 

Estimados miembros de las comisiones de veeduría:

Debido al gran volumen de recursos públicos que se destinan a los proveedores del Estado, constituye una prioridad para el Gobierno dominicano el fortalecimiento de nuestro Sistema de Compras y Contrataciones como un instrumento que facilite la transparencia, la igualdad de oportunidades y la promoción de la competencia. Porque solo mediante procesos verdaderamente abiertos y transparentes podremos garantizar que los recursos públicos se ponen donde deben estar, al servicio de nuestra gente.

Las mejores prácticas internacionales establecen que un buen Sistema de Compras y Contrataciones públicas debe fundamentarse en los siguientes principios claves: – Tener reglas claras – Estimular la competencia – Promover la transparencia – Fortalecer la rendición de cuentas – Ser económico – Y ser eficiente en el uso de los recursos públicos y los plazos de entrega.

Sin embargo, amigos y amigas, todos hemos oído alguna vez la frase “hecha la ley, hecha la trampa” y lo que me gustaría de ustedes es que estén alerta y sean capaces de distinguir las prácticas que, aún dentro de la ley, pueden esconder esas trampas.

 

Si me lo permiten, voy a darles a conocer hoy algunas de las irregularidades más frecuentes que se han detectado y que queremos atajar para siempre.

Estas serían las irregularidades mas frecuentes:

1. Inconsistencia entre el presupuesto destinado a compras y contrataciones y la ejecución presupuestaria.

2.Contrataciones que no son prioritarias para la comunidad, pero que generan beneficios personales para determinados intereses particulares.

3. Llevar a cabo los procedimientos reduciendo, y por tanto violando, los plazos legales establecidos, lo que obviamente distorsiona la competencia del proceso.

4. Participación y adjudicación siempre a los mismos proveedores, lo que hace pensar que ello es posible por ausencia de publicidad.

5. Especificaciones Técnicas dirigidas a una determinada marca o proveedor.

6. Fraccionamiento, para adoptar modalidades menos competitivas.

7. Violación a los requisitos de publicidad en la prensa y en los portales.

8. Incompatibilidad entre el rubro del proveedor y el objeto social de la empresa

9.Apertura de la Propuesta Técnica, “Sobre A” y Económica, “Sobre B”, de manera simultánea.

10. Manipulación de los criterios de evaluación para favorecer a un oferente.

11. Adjudicación a proveedores que presentan ofertas por correo electrónico y propuesta sin firmar ni sellar.

12. Adjudicación a precios por encima de los precios del mercado, muchas veces exorbitantes.

13. Informalidad y ausencia de cuidado en el manejo de los procesos.

14. Falta de información disponible, lo que imposibilita o dificultad el que las organizaciones de control puedan realizar un seguimiento efectivo al cumplimiento de los procedimientos.  Además, en la etapa de ejecución del contrato se producen otras irregularidades. Por ejemplo la sub-contratación de servicios y productos, el pago de servicios inexistentes o cuya prestación no puede verificarse, la sub-utilización de materiales en perjuicio de la calidad de la obra o del servicio, cambios en los términos contractuales sin suficiente justificación ni rendición de cuentas.  Además de manipular el orden de pago, lo que se asocia al clientelismo y no a los plazos establecidos en la normativa o a los contratos.

Por otra parte, también puede darse la ausencia de procedimientos adecuados para supervisar el suministro de bienes y servicios y verificar su cantidad, calidad y puntualidad.

 

En cuanto a los proveedores, las malas prácticas más habituales por su parte serían cuatro:

1. La práctica de colusión, para manejar los precios y controlar el mercado.

2. La entrega de bienes que no corresponden con lo adjudicado en cuanto a calidad y cantidad.

3. La oferta de bienes, servicios y obras a sobreprecios.

4. La sub-utilización de materiales en perjuicio de la calidad de la obra o del servicio. Estas y cualquier otra acción que vaya en perjuicio de nuestra ciudadanía es lo que queremos que observen y denuncien. Esa es la labor que les pedimos realizar, por el bien de nuestro país.

 

Amigos y amigas:

Efectivamente, las malas prácticas pueden ser muchas, pero la verdad importante es una sola: Este Gobierno está decidido a hacer las cosas bien. No les quepa duda. Tenemos la firme voluntad de restablecer la confianza de nuestra gente en las instituciones.

Necesitamos de esa confianza para construir un verdadero Estado de derecho y vamos a poner todo nuestro esfuerzo para recuperarla. Esta no será una tarea fácil, es verdad. En nuestro país, como en muchas partes del mundo, las grandes mayorías miran con recelo a los políticos y a las instituciones, a menudo con buenas razones.

Como todos sabemos, para ganarse la confianza de alguien hace falta mucho esfuerzo y para perderla a veces basta un solo gesto equivocado. Sin embargo, esa dificultad no puede detener nuestro empeño. Y ya estamos avanzando.

El pueblo dominicano está comenzando a ver esperanzado que las cosas se pueden hacer de forma diferente y está comenzando a creer en una nueva forma de gobernar. Como mencionó recientemente el Presidente Medina, cada promesa cumplida nos acerca más a lograr esa meta y nos anima a seguir con este empeño transformador.

 

Señoras y señores:

Esa esperanza creciente que ha generado el Presidente Danilo Medina coloca a nuestro Gobierno y a todos sus funcionarios ante una gran responsabilidad. No podemos fallar. No podemos traicionar esas expectativas que los dominicanos y dominicanas han puesto en nuestras manos.

Somos conscientes de esa responsabilidad y estamos actuando en consecuencia. Nuestro mayor esfuerzo debe centrarse, precisamente, en evitar que esas prácticas del pasado puedan continuar en el presente y repetirse en el futuro. Y en eso estamos trabajando sin descanso. En cerrar, de una vez y para siempre, las brechas que han permitido la corrupción y el abuso de las leyes.

Desde el Poder Ejecutivo, el mayor esfuerzo por la transparencia y el buen gobierno va a situarse en el presente, que es nuestra responsabilidad, y dirigirse hacia el futuro, al que deseamos legar instituciones fuertes y confiables.

Esa profunda modernización del Estado, que ya está en marcha es, probablemente, uno de los cambios más trascendentales que está realizando el gobierno de Danilo Medina, aunque también uno de los menos visibles para el gran público, por ahora.

En algunos casos el cambio consiste sencillamente en una aplicación estricta de la ley, en otros es un nuevo procedimiento… Son medidas poco evidentes para la gente y vistas una a una pueden pasar desapercibidas, pero les aseguro que en su conjunto significan miles de millones de pesos administrados con eficiencia y transparencia.

 

Amigos y amigas:

Hablemos con franqueza. No es cierto que las cosas funcionen “a su manera”, sin reglas y al margen de la ley. No lo hace un hogar, ni el tránsito, ni mucho menos un país. Para cambiar esa y otras ideas que nos condenan al atraso, nuestro país necesita una transformación profunda. Un cambio cultural. Un cambio de valores y de actitudes. Se necesita una ciudadanía responsable y participativa.

Debemos pasar del imperio de la excepción al imperio de la ley. Y del estado de privilegio al estado de derecho. En todos los ámbitos de la vida. Desde lo más grande a lo más pequeño. Pero para lograrlo necesitamos el apoyo decidido de la sociedad dominicana.

Los grandes cambios culturales sólo son posibles cuando los impulsan los pueblos. Necesitamos, por tanto, del entusiasmo y la voluntad de las grandes mayorías. Esta es la auténtica soberanía popular en la práctica, su expresión en movimiento, avanzando sin miedo hacia el cumplimiento de las metas de la nación.

Crear una cultura de respeto a la ley, de solidaridad y de amor al prójimo comienza en los hogares y en las escuelas. El ejemplo de los padres y de nuestro entorno es fundamental en ese camino. Cuando en una sociedad los comportamientos que violan la ley no son censurados, ni las buenas acciones reciben el aplauso de los otros, es difícil para nuestros hijos crecer con valores y principios sólidos.

Nuestra labor, desde el Gobierno, es asegurarnos de que ese cambio comience por las propias instituciones. Porque sólo un gobierno que predica con el ejemplo, y que cuenta con el respaldo y la confianza de los ciudadanos, puede exigir que la ley se cumpla en todos los ámbitos.

No nos es posible, lamentablemente, acabar con todas las malas prácticas existentes en el país de un día para otro. Pero pueden estar seguros de que, día a día, estamos cerrando el paso a las discrecionalidades y a la impunidad. Es lo que estamos haciendo con iniciativas como ésta: arrojar luz sobre todos los rincones de la administración, para que la mirada atenta de los ciudadanos puedan supervisar en qué y cómo se emplean el dinero de sus impuestos.

En este camino necesitamos, insisto una vez más, de una ciudadanía participativa y responsable. Queremos hombres y mujeres exigentes y vigilantes, pero también con voluntad para acompañar, desde todos los ámbitos, este esfuerzo por superar la apatía y hacer las cosas de una manera diferente. 

Abandonemos, todos, Gobierno y sociedad, los viejos hábitos que nos condenan al atraso. Seamos, cada uno, un ejemplo para quienes nos rodean. Un ejemplo de honestidad, de cumplimiento y de respeto a la ley, hasta en las cosas más sencillas.

Despertemos conciencias, mostremos a otros que sí es posible.

Vamos a continuar trabajando juntos y a profundizar este cambio cultural que ya ha comenzado. Vamos a construir juntos un país con verdadera igualdad y  justicia social. Sin exclusión y sin privilegios.

Como dijo recientemente el Presidente Medina, cuando la voluntad de un pueblo y su gobierno se unen, no hay nada que pueda detenerlos.

Pongamos nuestra voluntad al servicio de este gran cambio.

Muchas gracias!!!!

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