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El Gobierno ha permitido que proyectos productivos en crisis fueran relanzados.

Luego de una visita sorpresa que realizara el presidente Danilo Medina a la Asociación de Campesinos Unidos de Navarrete en Santiago, en la que el FEDA les facilitó un préstamo de 3.5 millones de pesos para la construcción lagunas para la crianza de tilapias, la economía de su gente ha cambiado.

Y, en lugar de las 15 lagunas del proyecto original, estirando los pesos y juntando aquí y allá, construyeron 43 lagunas, ahora llenas de peces.

Gracias a este apoyo, la economía de la gente de Navarrete ha cambiado.

Antes los padres de familia vivían depredando los ríos, lo que afectaba la ecología de la zona, dice Basilio Ramos, presidente de la asociación,  pero ahora con la crianza de tilapias bajo ambiente controlado,  pueden  preservar los ríos y al mismo tiempo garantizar el sustento de sus familias  con tilapias de buena calidad y sobre todo a bajo costo.

42 socios se benefician, pero además,  comerciantes y jefas de hogar que antes tenían que trasladarse a otras comunidades para conseguir un buen pescado.

Estos son los frutos de una Visita Sorpresa del presidente Medina en octubre del 2013.

La democratización del crédito también ha impactado la vida de humildes pescadores en otras 6 provincias como Montecristi, Barahona, Valverde, Bahoruco, Samaná y María Trinidad Sánchez, a una tasa de interés de 5% anual.

Además de construir una relación de afecto y cercanía entre los campesinos y el presidente de la República, las Visitas Sorpresa han permitido que proyectos productivos en crisis fueran relanzados, así como que surgieran otros, dignificando las condiciones de vida de familias del campo dominicano que antes estaban en condiciones muy difíciles.

42 socios se benefician, pero además, comerciantes y jefas de hogar.

En Navarrete, con la democratización del crédito construimos Patria solidaria y próspera.

Gracias a los financiamientos otorgados a una tasa solidaria, estos criadores de peces han podido adquirir jaulas para los estanques, alevines, alimentos, yolas y construir centros de acopio.

La conversión de agrícola a agroindustrial no solo ha beneficiado a los piscicultores y sus familias, también ha dinamizado la economía de las comunidades donde se encuentran los proyectos, mejorando la vida de muchos dominicanos y dominicanas.